Me hace pensar en la sociedad que hemos
construido, o hemos dejado que construyan unos pocos interesados a costa del
bienestar social. Como yo siempre digo, estamos sometidos a una oligarquía
permanente, aunque no una universal sino una tras otra pequeña, de las cosas
cotidianas de la vida, dirigida por caudillos, “rockefellers” de lo mundano.
Me deprime en cierta medida como nos estafan
con cosas tan básicas como lo es la luz el agua, la vivienda básica, la
comida... y otras no tan importantes pero que se convierte en más de lo mismo,
como son las compañías eléctricas, las de comunicaciones, el petróleo,
automovilística, etc...
Realmente esto es muy indignante, no solo que
te engañen con el precio de un servicio, sino que te roben, y no estamos
hablando de ladrones que entran en tu casa a punta de pistola, sino que lo
hagan por lo legal, que los ahorros de toda tu vida se esfumen, y lo más triste
es que sea en establecimientos dónde se tienen que depositar estos dineros,
sitios fiables para que no te roben. Estoy hablando de bancos, y cajas de
ahorros. Estos tienen por ley salvaguardar los ahorros de sus clientes, dicho
más técnicamente, los bancos y cajas tienen por norma devolver a sus acreedores
todos los depósitos intactos así como asegurarse que operan con suficientes
fianzas de terceras partes para poder operar.
Mucho se ha discutido sobre esto, pero me
cabe pensar que esta pequeña oligarquía ha sabido jugar bien a lo largo de la historia.
Hace ya algún tiempo en la época de Jaime I
El Conquistador del reino de Aragón, apareció la primera banca privada oficial
en Barcelona; “las Taulas de canvi” fueron sustituidas por los “Usos de
Barcelona”.
Los banqueros, o prestamistas estaban
obligados a devolver el dinero, si eran declarados en bancarrota serían
humillados públicamente durante un año, y a comer pan y agua hasta que pagaran
sus deudas, sino serían decapitados.
También había un sistema en donde había dos
tipos de prestamistas, los que tenían mantel en sus mesas de cambio, y los que
no. Los que tenían mantel, demostraba que tenían fianzas garantizadas para
devolver el dinero, por lo que eran más tranquilizadores, más solventes; aunque
si alguno intentaba engañar poniendo mantel en su mesa de cambio sin tener
estas fianzas, sería declarado culpable de fraude y con esto decapitado.
Esto es lo que me refería anteriormente de
que a lo largo de la historia ha habido muchos cambios, unos para bien y otros
para mal. Si alguno de estos banqueros actuales hubiera existido en esta época
a más de uno le hubiera saltado la risa, mientras le tiran tomates maduros y
lechugas podridas al cuerpo decapitado de, un “rato”, espabilado...
No hay comentarios:
Publicar un comentario