jueves, 19 de febrero de 2015

El banquero

Autora: Amalia Conde

Cuando pensamos las cosas tan desagradables que están pasando por culpa de los banqueros, lo menos que uno puede creer es que todo eso lo hagan personas con cultura más o menos importante, no concibes que hayan estudiado una carrera para hacerle tanto daño a personas que ya no pueden buscarse la vida trabajando, bien por su edad, las circunstancias o por su salud.

Los banqueros van a sacar lo que les da la gana a quien se ponga por delante, sea quien sea y esté como esté.

Se portan igual que lo hacían los bandoleros en las sierras, como Jose María “El Tempranillo”, pero al menos los bandoleros decían que robaban a los ricos para dárselo a los pobres, no es nada seguro que eso fuera verdad, pero si lo hacían así, ya estaban demostrando más vergüenza y dignidad que los banqueros de hoy, que están muy tranquilos y orgullosos de su manera de hacer daño, y tan metidos en su tarea, que miran para otro lado, no ven nada cuando Urdangarín y otros tantos por el estilo, mudan el dinero de los españoles a los paraísos de las mil y una noches, donde irás y no volverás.

Esta forma de proceder de los banqueros no debería de extrañar a los españoles, porque con el beneplácito de banqueros y otros cuantos más, quien no se acuerda de los viajes que hacía la hija de Franco, Carmencita Franco, a Suiza, para empeñar el oro que llevaba escondido en el forro del abrigo, y pasaba por los controles sin que nadie dijera nada, ni viera nada. 

Cuando ya llevaba años haciendo eso la descubrieron, ya había muerto Franco, y al preguntarle que de dónde había sacado tanto oro dijo que todo lo había ganado su padre defendiendo y luchando por España.

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