viernes, 28 de febrero de 2014

Clases gratificantes

Autora: María Gutiérrez

Hace ya tres años que soy alumna del Aula  Permanente de Formación Abierta de la Universidad de Granada. El camino me lo abrió una amiga que llegó una mañana del mes de Septiembre a mi casa con unos impresos ya rellenos y fue tal la ilusión que trasmitía que parecía una colegiala a punto de empezar el colegio. Entre ella y mi hijo me animaron de tal manera, que al día siguiente  estábamos las dos haciéndonos la matrícula.

Al principio te preguntas, ¿qué me encontraré en el aula? ¿Me gustarán las asignaturas? ¿Habrá alguien de mis tiempos mozos? En fin, toda una serie de interrogantes propias de unas principiantes.

Las clases comienzan a las cinco de la tarde y la mayoría son bastantes  amenas. Algún que otro profesor  nos suelen alagar con nuestra actitud hacia su trabajo docente, comentándonos que les hacemos su labor más fácil y gratificante que los alumnos jóvenes ya que ven que nuestros intereses son otros, incluso aceptan de buen grado que algún que otro alumno dé una cabezadita durante la clase, tomándoselo como un exceso de concentración en la materia que se está explicando.

El gran apoyo del profesorado nos está ayudando para adquirir unos conocimientos que no teníamos y recordar otros que habían quedado mal aparcados. Nos están haciendo viajar a través del cuerpo humano con  Salud Integral como materia de presentación, adentrarnos en el arte, comprobar lo que nos han enriquecido todos los pueblos con sus culturas a lo largo de los siglos, conocer a fondo la historia de nuestra ciudad desde sus orígenes hasta el  momento actual, conocer mejor la conducta humana por medio de la psicología ofreciéndonos estrategias de afrontamiento al mundo que nos rodea y poder conseguir mayor calidad de vida y un largo etc...No podemos dejar de mencionar  los viajes y visitas culturales que nos han reforzado todo lo que estamos aprendiendo.

Creo que ha sido un gran acierto ya que este ambiente nos está enseñando a abrir los ojos  a infinidad de perspectivas y poder captar muchas cosas que nos rodean cotidianamente y son de bastante utilidad para llenarnos de más energía y sentirnos más jóvenes aumentándonos el deseo de encontrar nuevos caminos y disfrutar de todo lo que tenemos a nuestro alcance.

Desde estas líneas animo a toda persona que tenga cumplidos los cincuenta años y tenga ilusión por adquirir más conocimientos, amigos y experiencias. Son los únicos requisitos.

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