Las palabras “a
las cinco en punto de la tarde” me traen a la memoria el tiempo en que
iba a las clases de Corte a una academia
y a la salida me esperaba mi pretendiente y me acompañaba
hasta la casa procurando que mi hermano no me viera porque yo tenía quince años
nada más.
Mi pretendiente era de un pueblo, estaba
haciendo el servicio militar en Granada, me lo presentó una amiga y compañera
del taller de costura a donde iba por las mañanas y a corte por las tardes.
Una de esas tardes, al volver para la casa, mi pretendiente
me cogió una mano y me dio un beso … ¡pero en la mano!
Yo estaba loca por llegar a la casa y mirarme
la mano, por si se notaba, pero no me dio tiempo porque en la casa había una desconocida.
La extraña me miraba
muy fijamente, sin hablar, y mi madre tampoco decía nada, así que pregunté qué
pasaba, y la que me contestó fue la desconocida, pero con mucha prisa y muy desagradable.
¡¡Pues lo que pasa es que yo soy la suegra de ese que sale contigo, que está con mi hija. Y además tienen una niña!!
Hubiera
preferido que me hubiera caído una lluvia de piedras, pero no dije ni media
palabra.
A partir de ese día no quise que me acompañara más, pero él insistía, decía que lo escuchara, que todo era un montaje por odio.
Y así
un día, y otro, que ya me sentí acorralada y cuando se
acercaba la hora, o sea, las
cinco en punto de la tarde, me ponía temblando. Así
hasta que lo licenciaron.
Desde entonces las palabras “a
las cinco en punto de la tarde” me resultan muy pesadas, porque desde que empiezan haciendo propaganda del torero, de la plaza
y de los Miuras, sale “a
las cinco en punto de la tarde”.
Ya
sé que es una frase taurina, pero hay muchas cosas de que hablar de una corrida de toros, como del picador, las banderillas, la espada, el traje de los toreros….
El arte del Fandi poniendo las banderillas, el embrujo de
Curro Romero, el peligro que tiene dar pases de rodillas….
Todo tiene mucha importancia, pero se nos
olvidan los cuernos, de no haber cuernos no tendría gracia ir a los toros ¡qué
hace una corrida sin cuernos!
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