miércoles, 25 de diciembre de 2013

Felicidad

Autora: Amalia Conde
 
 
¡Qué gran palabra es Felicidad!

La palabra felicidad es una señal de que hay amor, compañerismo y comprensión; de que estás conforme con ser como eres, de que estás dispuesta a hacer feliz a la persona que tienes como compañero.

La palabra felicidad abarca tantas cosas agradables, como cuando nace un hijo, o si te vas a casar o es tu cumpleaños. Para infinidad de cosas gratas tenemos la palabra felicidad en la memoria. Es una pena que tantas personas la hayan cambiado por odio o interés.

Si después de estar mucho tiempo casada notas que la felicidad está en decadencia, busca dentro de ti algo agradable como son los recuerdos de vuestra juventud, algo que se parezca a que todavía estáis dispuestos a ayudaros, como hacer un viaje o una celebración de aniversario.

Aunque vivimos una época mala para hablar de felicidad yo me atrevo a desafiar los malos tiempos que corren enfrentándome a esas personas que lo ven todo negro. Yo he sido siempre muy optimista y he tratado de darles ánimos a las personas, sean de la familia o no. Unas veces me han comprendido y otras me han tomado por loca, pero al menos se han reído. Sea como sea hay que procurar ser felices y recordar que siempre se ha dicho que el dinero no da la felicidad, solamente te saca de apuros. Según mi parecer, es mucho mejor tener buena salud, y si puede ser un buen compañero con buen carácter y ganas de vivir. Y sobre todo hacer un esfuerzo para olvidar lo que sea desagradable.

Hay tantas cosas bonitas que tendríamos que aprender de los que llamamos “viejecillos”, que nos darían una idea de lo poco que saben los “jovencillos”. Saben sufrir en silencio sus males y procuran no amargarle la vida a nadie, para ellos todo está lleno de felicidad.

En muchas ocasiones hemos estado en una boda o primera comunión donde han estado los abuelos de los novios o de los niños de comunión, y es maravilloso ver las caras de felicidad que tienen los abuelos cogidos de la mano, y ya a la hora del convite, el abuelo se toma una copilla y se pone muy cariñoso con la abuela y le dice al oído  ¡esta noche te voy a hacer un chiquillo!, y la abuela, fingiendo mucho rubor le dice:  ¡No te puedo dejar ni un segundo solo, ya estás borracho cariño!


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