Este manifiesto ha sido escrito por Israel, yerno de una de nuestras habituales autoras de relatos, Rafaela, en el que dedica un precioso homenaje a esta increíble mujer.
Me presento. Para los que me conocéis,
hola, y para los que no, me llamo Israel Cantero, hijo y yerno a partes
iguales. Lo que para muchos puede llegar a ser un suplicio como ir a visitar o
a comer a casa de su suegra, a mí me pasa como al Rey, que me llena de orgullo
y satisfacción. Aunque a ella eso del Rey no le va mucho, es una de esas
mujeres de la época de los señoritos, las grandes tierras de labranza, la
guerra, el hambre y un largo etcétera de calamidades, pero que a la vez la han
hecho sabia y fuerte. Ni mucho menos se amilanó con la gente de aquella época, que
casi daban por hecho, el que ser analfabeto para la pobre clase obrera era un
deber. Ella cuenta multitud de anécdotas acerca de este tema y de cómo ella
sola, con la humilde ayuda de su padre y de lo poquito que le enseñó, a leer y
a escribir y de cómo la señora para la que trabajaba, la pillaba infraganti
leyendo a oscuras con una vela para que no la descubriera. La gente de aquella
época no quería que la clase trabajadora supiese ni mucho menos de números y de
letras para no enterarse así de las injusticias que hacían con ellos. Esta última es una de las
anécdotas que ella misma cuenta en un relato que hace poco le imprimí titulado"¿Y
tú para qué quieres eso?,que es como ella misma lo tituló y que hace mención a
la pregunta que le hacía la señora de la casa en la cual trabajaba cuando
descubría a mi suegra bajo la tenue luz de la vela, y ella le respondía
que estaba aprendiendo a leer y a
escribir para sacarse el certificado de estudios. Hoy mismo modifico este
escrito para comunicaros que este relato ha sido premiado en un concurso
literario del barrio de la Chana, para el cual se lo imprimí. Enhorabuena!!
Pero aún siendo una mujer de
aquella difícil época, no ha dejado de reinventarse a pesar de pasar numerosos
problemas de salud y del triste fallecimiento de mi suegro Lucas, al cual todos
adorábamos. Cuando digo todos, no me refiero sólo a la familia y amigos, sino a
TODOS. La palabra resaltada en mayúscula espero os haga tener una idea de ello.
Me quedo con una imagen que no se me borra de la mente: la kilométrica cola de
coches que se podía ver a leguas al ir del tanatorio al cementerio. Parecía una
migración en masa de esas de las películas cuando cientos de personas van en
caravana buscando otro hogar. Espero que haya encontrado el suyo ahí arriba. Se
me ponen los pelos de punta al recordar la imagen.Y ahí había mucha, pero mucha
gente.Y es que mi suegro era especial. En los años que lo conocí se portó conmigo
como si fuera un hijo más y es con lo que me quedo. Grande Lucas, eras grande y
una persona muy querida.
Bueno,siguiendo con la protagonista
de esta historia, mi suegra, y siendo ya madre y abuela decidió sacarse el
graduado escolar, puesto que con el certificado de estudios no llegó a
presentarse al examen cuando era joven, debido al complejo de inferioridad y
demás cosas que te implantaban los señores de aquellos tiempos. Y lo hizo, consiguió
su graduado escolar. Pero ella no para ahí, que va. Se apunta al taller de
relatos, al taller de teatro, al taller de pintura, en fin, a todas las
actividades posibles con su inseparable Patro en su centro de mayores de la
Chana (Granada) y organizan sus obras, sus viajes etc., siendo verdad que
últimamente con las míseras pensiones que reciben nuestros mayores, ni para el
pan apenas les llega hoy día .Creo que pocos viajes más harán nuestros mayores
si de la administración central depende.
Siempre que llego a su casa,
encima de la mesa suele tener papeles en los que escribe o dibuja lo primero que
se le viene a la mente, ya sea un cuento, una poesía, o un breve relato de algún
tema actual o pasado, el caso es escribir. Junto a una libreta suele haber
lápices, bolígrafos, colores, etc .porque también pinta cuadros; sí, también. Y
prueba de ello dan las paredes de las casas de todos sus hijos y la suya
propia. Y sinceramente, no lo hace nada mal.Para pintar, igual se inspira en un
almanaque, en una foto de una revista, en una postal, le da igual, el caso es
pintar. También usa como fuente de inspiración sus propias vivencias y otra cosa por la que estoy seguro daría la
vida, sus nietos. Y hablo con conocimiento de causa ,porque dos de ellos son
mis hijos. Y es que, ante todo, es abuela. Es raro no abrir algún cajón, ya sea
en su casa o en las nuestras, y no encontrar algún poema dedicado a alguno de
ellos, un cuento, una historia, un dibujo o cualquier papelito que les haya
hecho cualquier día que pasaron por su casa un ratito.
Guarda todos sus relatos escritos
a sucio como oro en paño y no es para menos. Solamente con leer y aprenderte lo
que contienen, deberían darte una
licenciatura en la universidad de la vida, por toda la sabiduría, enseñanza
y conocimientos que transmiten esos papeles. Jamás he visto a nadie interesarse
tanto por el arte ,la cultura, la poesía, la política, el teatro, la música, en fin ,cosas por las que una persona,
incluso siendo joven, y me incluyo en el paquete, no mostrarían ni la mitad de
interés.Es algo increíble y a la vez bello.
Se le ilumina la cara cuando está
dibujando, componiendo una poesía, o leyéndote algún cuento o relato que ha
terminado de escribir y del cual te pide
opinión.
Pero a pesar de todo esto y de sus
numerosos problemas de salud, ella no se queda contenta con todo esto ,que va .Ella
lleva a la vez todas las actividades que ya he nombrado anteriormente,y no digo
que lo haga puntualmente, cuando se aburre, no. Escribe, pinta y dibuja a
diario, sí, a diario.Creo que ni los profesionales lo hacen a este
ritmo,ja,ja,pero ella es así. Pues eso,que como espíritu inquieto que es, y a
sus casi 65 años, pues a la señora se le mete en la cabeza matricularse en la facultad en horario de tarde para mayores,
como si nada. Olé,olé y olé!! A eso se llama tener dos cojones y ella los tiene
para eso y para más.
Después de levantarse, lidiar con los
hijos, hijas, nietos, nietas, yernos y nueras, y después de recoger su casa, arreglarse,
hacer la compra, hacer la comida, que a veces es para un regimiento y hacer
todas las actividades anteriormente mencionadas, pues a esta señora aún le
quedan ganas y sobre todo fuerzas para irse toda la tarde de lunes a jueves a
la facultad. Juro que de eso no seríais capaces ni la mitad de los que leéis
esto y si apostara, seguro que no perdería.
Estoy completamente seguro de que si
ella hubiese nacido en otra época más actual, la mismísima "Dama de
Hierro" se hubiese echado a temblar al verla. En serio, estoy seguro que
de haber tenido oportunidad de formarse desde pequeña con la mitad de las facilidades
que hemos tenido nosotros o que hoy día tienen nuestros hijos, aseguro que
estaría desempeñando un trabajo importante relacionado con el arte, la
enseñanza, la cultura, no sé en qué concretamente, pero seguro, seguro,seguro, que
hubiese llegado muy, muy lejos.
Bueno, cambiando de tema y no por ello
menos importante, llega el tema de la comida, donde os intentaré transmitir sus
dotes como cocinera. Este trocito de la carta es breve ,muy breve. Es la mejor
cocinera que he visto y veré en mucho tiempo, creo que no veré otra mejor la
verdad, y espero que sus recetas perduren
entre nosotros por muchos años, no porque pasen de generación en generación
sino porque quiero que siga ella preparándome cualquiera de esos platos que
ella hace, da igual el que sea,la nota media es matrícula de honor en
cualquiera de ellos. Breve, muy breve, lo dije.
Así pues, al igual que hace ella, quería
plasmar esto hoy en este papel, primero porque me apetecía y segundo porque se
merece el que le reconozcan a esta persona su labor, entrega, coraje, humildad,
bondad y fuerza que representa para mí, para sus hijos, hijas y nietos y que
todas estas cualidades, y ella misma como persona, son un magnífico espejo en
el que mirarnos hoy y el día de mañana. Si orgulloso estoy de la mujer que
tengo, más orgulloso estoy de la madre que tiene. Es mi suegra, la quiero, la
admiro y se llama Rafaela Castro Lucena,"Rafi"para todos vosotros, sus
amigos.