sábado, 29 de junio de 2013

La belleza de una ciudad

Autora: María Gutiérrez


       La belleza,  ¡que palabra más bonita! ¿Cómo la podríamos definir?  La belleza es una cualidad presente en una cosa o en una persona que produce un placer intenso a la mente y a los sentidos. Santo Tomás de Aquino define lo bello como aquello que agrada a la vista. Se puede encontrar en ti, o en mí, o en cualquier lugar…

       Pensando en cosas bellas, como no pensar en Granada, una de las ciudades más bonitas del mundo cuya belleza no tiene igual, contando con un gran patrimonio histórico y monumental, representada por el monumento más emblemático de la ciudad como es la Alhambra con Sierra Nevada al fondo.

       Viajeros de todos los tiempos elevaron esta ciudad a la categoría de mito y por muchos ríos de tinta que hayan corrido sobre ella, aún nos queda todo por decir. Granada devora todo lo que tiene a su alrededor por su inmensa belleza.

Todo es posible en Granada.

En ninguna parte del mundo suena el paisaje como en Granada  (Manuel de Falla).

Ahora comprendo lo del ciego y Granada.

Para ver la más bella puesta de sol, hay que subir al Albaicín. El atardecer que se contempla desde el mirador de San Nicolás, es el más bonito de la tierra. (Bill Clinton)

Desde la Alhambra se mira el soberbio paisaje que presenta Granada…. Se comprende fácilmente el entusiasmo de los artistas que han llegado hasta aquí para recibir una nueva revelación de la “Belleza” de la vida. (Rubén Darío)

       Granada es una verdadera joya y pasear por sus calles y plazas, respirando tantos siglos de historia, hace que te enamores de ella. Cuenta con bastantes plazas pero para mí, la más emblemática es Plaza Nueva que a pesar de su nombre es la plaza más antigua de la ciudad. Ha sido y sigue siendo un verdadero foro de la vida granadina, la más viva y dinámica del casco histórico. Sirvió de escenario para grandes acontecimientos de Estado, como el traslado de los restos de Isabel y Fernando desde el Monasterio de San Francisco en la Alhambra hasta el descanso final en la Capilla Real, llenando la plaza con una pompa que con el testimonio de los testigos que lo presenciaron, no fue nunca más visto ni antes, ni después.

       Si venimos del centro nos encontramos al fondo con la iglesia de San Gil y Santa Ana, en donde se casó Mariana Pineda. A la derecha está el famoso Pilar del Toro y a la izquierda la casa de los Pisas. En el centro como no nombrar la Real Chancillería, sede de la Audiencia  Provincial de Andalucía.

       Es la plaza más cosmopolita con ese bullicioso ambiente, extraño frenesí que se respira en el constante transitar de sus muchas y variopintas personas, con sus bares y terrazas siempre llenos… Una plaza muy singular, punto de encuentro y de paso, inundada de sonidos, siempre vigilada por la Torre  de la Vela, con ese aire mágico que la envuelve tanto de día como de noche. No es una plaza solo para verla, sino para vivirla, despertándose los sentidos con sus vistas  únicas. Hay que quedarse un buen rato en ella dando paseos, sentándose un buen rato en ella tomando algo aunque tengas que pagar el sitio en el que estas, de verdad que merece la pena disfrutar de su gastronomía tanto en los días soleados de invierno, como en las noches calurosas de verano por el fresquito que baja de la Alhambra. De la fuente que la preside, podríamos decir que es una de las más bellas de la ciudad su agua refresca a todo el que quiera probarla, como dice la canción: “Me voy a la Plaza Nueva, a beber agua fresquita que es la que la sed me quita…”

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