viernes, 21 de junio de 2013

Distorsionado

Autor: Antonio Pérez

             Distorsionado, con la mente embargada por tu mirada. Azul cielo, claros como el agua. Hipnotizado por ese contoneo que hace bailar mi alma. Pasión desenfrenada que graba a fuego mi amor en tu piel. Tatuada de caricias y besos ilustrados de romanticismo al palpo y paladar que provoca en mi cuerpo el derretir de mi frialdad. Embargo tu figura y la patento en mi subconsciente y señalada en el mapa sigo el camino que me lleve a ti.

             A ti mi lucero, que iluminas los segundos, despejas mis tinieblas que me indican, me indicas que eres tú. A ti princesa, de humilde cuna y alta mira, la que quiso enamorarme sin que este sapo sea príncipe. A ti que fabricas, mis más sinceras verdades, que en los recodos de mi corazón estés en guardia lubricando mis deseos y cuidando mis secretos, como fiel de un guardián que cae o se alza a su señor, el encantado .

            Tú  que amueblas mi alma, mi corazón con tus miradas, con tus caricias, que cubres mi cuerpo con orgullo enamorado, la que protege mis sueños eliminando mis pesadillas del horizonte, arropando mis ilusiones, mis defectos y desmotivaciones.

          Musa inolvidable, gentil y generosa, precediendo mis problemas a los tuyos achicándolos en el acongojo del corazón solo por ver mi rostro iluminado de fina felicidad. Tu la que me concede en el juicio final una eternidad más, la que siembra futuros por pares que como el vino, mejorable en cada pestañeo, en cada resquicio de mis neurotransmisores, chispados por tu aliento, por tu fragilidad y ganas de romperme contigo. Haces que reinvente el amor contigo, día a día, hora a hora, segundo a segundo.


          Bella para la bestia, mi cuento contigo con descontrol, cóncavo de amor desconocido en connotación de amor. Mi sirena que rompe mis tímpanos ensordeciendo todo lo que no salga de tus labios, carnosos, tiernos y placenteros.

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