Eran los últimos años de los 60 y
primeros de los 70, en plena época de emigración en nuestro país, España con
destino a Francia, Alemania, Suiza, etc…
La familia de Miguel vivía en un
pueblo de Andalucía. Aquí trabajaban todos en el campo de sol a sol. Y siendo
así, no les alcanzaba para nada. Ante este panorama decidieron emigrar como
tantos otros. Por lo tanto Miguel, junto con sus dos hermanos y sus padres, un
día inolvidable del mes de Septiembre partió hacia Alemania con los pocos
enseres que tenían y con el corazón partido igual que la mayoría, pensando en
volver con la vida más o menos resuelta.
Él tenía 14 años y era el menor. En
su maleta llevaba sus cosillas como cuadernos, lápices, alguna ropa, en fin, lo
más necesario según su madre. En su mente llevaba el recuerdo de Elisa, su
amiguita del alma. Ella era la típica niña simpática que lo mismo jugaba con
niños que con niñas, igual se subía a un árbol que jugaba al corre que te
pillo. Todo el mundo comentaba que lo que tenía de simpática lo tenía de
feilla. Sus paletas eran grandes ,llevaba gafas y el pelo enratonado, un
auténtico cromo. A Miguel lo que le atraía era su frescura, decisión, bondad...
Sobre todo, le costó mucho despedirse de ella.
El tiempo iba pasando, tardaron
bastante en regresar y la idea era volver con algunos ahorros.
Él no pudo evitar preguntar por
Elisa a su llegada.
-¡¡Ayyy,hijo mío!!-le contestó su
tía -Las cosas le han cambiado mucho, ya no es ni sombra de la que era.
-Pero tía, ¿ha cambiado para bien o
para mal?
-Espero que cuando la veas, llegues
a la conclusión que creas oportuna.
Una tarde Miguel estaba con la
familia tomando el fresquito aprovechando los últimos días de verano. En esto pasó
por la calle una pareja cogida de la mano que dio las buenas noches y siguieron
dando un paseo. Su tía lo miró
diciéndole:
-Me preguntaste por ella, pues ahí
la tienes. Recuerdas que no era muy agraciada físicamente ni muy atractiva. Bien,
pues todo eso desapareció. Los médicos hicieron milagros; hoy es la novia del
hijo de Don Gregorio, uno de los terratenientes del pueblo. Seguro que aún lo
recuerdas.
-Sí tita, sí. Por desgracia sí lo
recuerdo. Ya ves, parece una modelo hoy por hoy y es una de las más guapas del
pueblo.
Miguel, mirando al horizonte sin punto fijo y
reflexionando, dijo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario