Tengo un candado en mi
mente encadenado, algo me impide desencadenarlo. Abrir el candado, dejar
escapar el pasado. Como caja de pandora niña dolorosa, clavada a pegatinas en
mi piel. Una mancha de aceite en agua, eres como una china africana, mi
perdición sin olvidarte. Ni quemando tus recuerdos, consigo olvidarte. Víbora
con escote y tacón.
Haré lo necesario para
olvidarte aunque me toque reinventar mil y una formas de volverme a equivocar.
Olvidarte es más difícil que encontrar el sol de noche. Olvidar es recordar que
el olvido no se olvida si solo busco acordarme. Olvidar es difícil cuando has
olvidado olvidar.
Olvidarte me confunde,
que de tanto olvidar, que de tanto que lo intento me acuerdo mucho más. Olvidar
mil y unas cosas, pero por asociación a ti volverlas a recordar.
Es difícil olvidarte
si para olvidar debo tener algo recordado y por ende olvidado y vuelto a
recordar.
Maldito olvido
recordado, despechado, quien será el antagonista o protagonista siendo
siameses.
Sentimiento inocuo y
rebelde,
grabado a fuego en esta
mente.
Desesperado por no
importarte,
sentimiento ruin y
convaleciente.
Alma mía infamada por tu
amor,
indoloro traumático
corazón,
despiadado conmigo es tu
adiós,
yo sepultado y tú en el
Edén.
Trampa espinosa como
sangrante,
mujer de veneno, mujer de
puñal.
Intoxicado moribundo por
ti.
He olvidado por no olvidarte,
he llorado por no
desconsolarme.
Reí imitando una sonrisa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario