viernes, 8 de febrero de 2013

Cuéntame un cuento, abuelito

Autora: Elena Casanova Dengra


– ¡Abuelito, abuelito, cuéntame un cuento!

– Érase una vez un país donde había un rey….

– Pero abuelo, que el rey de mi cuento  no sea como ese rey que he visto tantas veces por televisión y en las revistas. Ese que, como jefe de las Fuerzas Armadas, permanece impasible ante guerras injustas,  ese que se gasta el dinero del pueblo en cacerías, en viajes privados… No me hables de reyes que se parezcan a ese que ha amasado una gran fortuna sin saber cómo y  partiendo de cero. No como ese rey que volvió a reinar porque un dictador muy cruel y sanguinario así lo quiso… ese que habla de justicia cuando la Justicia pasa sin rozarlo.

– Érase una vez un país donde había príncipes y princesas, condes y condesas….

– No abuelito, no me hables ni de príncipes ni princesas, ni de condes ni condesas,  menudos caraduras son esos. Hay alguno acusado de quedarse con dinero público, acusado de prevaricación, y yo no sé qué significa esa palabra, pero debe ser muy grave porque suena muy seria, acusado de falsear  documentos… y princesitas que miran para otro lado  haciéndose las inocentes….

– Érase una vez un país donde había un mandatario….

– Pero abuelito,  que no se parezca a esos mandatarios que solo saben mentir. Me han dicho que existe uno que crea una mentira cada cinco días. Uno que prometió no subir los impuestos, no apoyar el abaratamiento del despido, tampoco eso que llaman amnistía fiscal, que no beneficiaría a la banca con dinero público, que jamás abandonaría a los más necesitados. Pero sí que apoya una sanidad privada, donde  los que más tienen puedan ser mejor atendidos, sí que apoya una educación privada, donde los que más tienen puedan seguir estudiando y formándose, pero sí que apoya un adoctrinamiento de la educación para que cada día haya más borregos sin pensamiento crítico, y que recorta en servicios sociales, porque poco le importa aquellos más desamparados… y que las palabras corrupción, desesperanza, desencanto, le persiguen allá por donde va….

- Érase una vez un país, donde había un predicador…

- No abuelito, no me hables de esos predicadores que solo se preocupan por los que ellos llaman "dudosa moralidad" de esas personas que se aman y son del mismo sexo, esos que se guardan de pagar impuestos, esos que desean abolir el libre pensamiento,  esos que cuando aterrizan en  un país asolado por la pobreza están más pendientes de prácticas sexuales que de  estómagos vacíos. De esos que nos hablan de un dios malvado, castigador y vengador. Esos que  no entienden el significado de la palabra amor.

— Érase una vez un país donde las brujas…

— No abuelito no, no me hables de brujas de vestidos largos y caros, de caras pintadas, con pómulos y labios rellenos de silicona. No me hables de brujas que viven del cuento, de la ignorancia y sorprendentemente escandilan y son admiradas…  no abuelo, no me gustan esas brujas.

— Creo que este te va a gustar:  Había una vez un país donde el pueblo era muy valiente y muy sabio. Pero un año llegó un  ogro  muy feroz que portaba un enorme blasón con un águila dibujada, seguido de  un gran ejército con la intención de atacar al pueblo para someterlo al servilismo y la esclavitud. Pero lo que le sobraba al pueblo era coraje y no se dejó avasallar. Se unieron todos contra el monstruo, pelearon con energía y decisión hasta derrotarlo. Y los pocos que se habían unido al ogro no fueron castigados ante las tapias de los cementerios sino que decidieron desterrarlos y nunca jamás se supo más de ellos…

2 comentarios:

  1. Elena ya sabes que me encantó tu cuento y te pedi una copia,la cual me diste,pero al verlo aquí me ha gustado más si cabe,y nunca he leido un cuento tan real y al mismo tiempo tan bonito.Este cuento te hace pensar.Rafi.

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    1. Gracias Rafi, tú sí que vales. Cada día que pasa estoy más encantada de compartir este espacio con todos vosotros, porque me permite llevar a cabo esa necesidad de expresar todo lo que me hierve y conmueve a través de estos escritos. Aprovecho también para agradecer al grupo la oportunidad de escucharme y escucharos. Un lujazo.

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