Hacia un calor tremendo propio del mes de
Julio por lo que Mely no se atrevía a salir de casa hasta bien caída la tarde
que el ambiente se hacia un poco más soportable e invitaba a salir a dar un
paseo.
Durante varios días coincidió en el camino
con una señora de unos cuarenta y pocos años más bien metidita en carnes que al
pasar junto a ella le daba unas buenas noches con bastante amabilidad. No
recordaba haberla visto antes por la zona, y así noche tras noche hasta que llegó
a preguntarse ¿Quién será esa persona?. La semana pasada coincidí con ella en
el autobús pero era una hora punta y venía repleto de gente por lo que no
pudimos saludarnos. La observé lo poco que la falta de espacio me dejó y la
noté seria y como bastante preocupada, iba en su mundo pensando en sus cosas…..
He vuelto a coincidir con ella en la terraza
de un bar, esta vez era lejos de la zona, estaba acompañada de un chico al
parecer más joven que ella, charlaban tranquilamente mientras tomaban algo. Desde
mi mesa los veía muy contentos y animados.
Con el paso del tiempo, hemos llegado a
conocernos y a hacernos amigas aparte de vecinas. Creo que hay buena empatía
entre las dos ya que ha llegado a confesarme sus más íntimas confidencias.
Su marido y ella llevan vidas muy
independientes. Para Marta, su trabajo representa un gran aliciente profesional
y él, aunque trabaja en algo menos brillante, gana un sueldo que con el suyo les
permite vivir bien. Se conocen desde niños y se casaron muy jóvenes (de
penalti), ahora tienen dos hijas que son la alegría de la casa.
Lo más íntimo que me contó fue sin duda, una
nueva experiencia que estaba viviendo. Me contaba con cierto rubor: “tengo un compañero en mi
trabajo al que conozco desde hace tiempo. Nos fuimos encariñando y atrayendo
sin darnos cuenta y ahora se ha convertido en lo más importante de mi vida. Me
espera y me acompaña a algunos sitios y cada vez que podemos tenemos nuestras
escapadas. Estoy casi segura que mi marido –si no totalmente – sabe en parte
algo, pero sigue como si nada pasara. Procuro no defraudarlo porque no se
merece ningún desprecio ya que es un buen hombre y un buen padre. A veces me
siento muy culpable y creo que esta en mis manos elegir el futuro, ser valiente
y hacerlo con realismo”….
No hay comentarios:
Publicar un comentario