viernes, 15 de junio de 2012

El lobo y la luna

Autor: Antonio Pérez García

En un hermoso valle, hallase una charca con su cascada, en dónde presidiendo sus orillas un hermoso llorón manda. Vegetación decorosa y frondosa, paraíso natural.

Son muchos los animales que viven y pacen juntos en la laguna, y otros que han de pasar. A la vista del gran árbol, rey del lugar, todos viven tranquilos y sin pesar. Un día un foráneo lobo pasó por el lugar. De semblante cabizbajo y decaído, acercase al agua a beber y debajo del llorón a descansar. Pasase varias noches, un tanto huraño en el lugar, sin hacer muchas cosas que el no hacer nada como lo natural.

El árbol ávido y perspicaz, atento, diese cuenta lo que el lobo extrañamente actuaba, todas las noches y en pose desafiante el lobo la luna miraba, como queriéndola alcanzar, muy concentrado en ella.

Algunas veces y extrañamente aullaba como si fuese llorar. Un día sin luna es cuando el lobo fue a descansar y extrañado a la mañana el árbol curioso quiso preguntar.

- ¿Qué pasó con la luna, lobo?

El lobo decidido le contó todo el pesar, sentase a su lado y empezó a relatar.

- Preso de amor me encuentro, por amar sin fundamento. Quedándome solo por amor prófugo, mi alma se hizo añicos por dentro. Ahora desahuciado en sentimiento, no quiero seguir teniendo la luna inalcanzable. Solo amo una luna, que maldita su reflejo ha iluminado mi alma, bella, bonita, y que casi siempre desde ahí arriba me mira y acompaña. La aúlla, con la intención que arrope mi alma, que se acerque, pues allí arriba jamás puedo alcanzarla, jamás... y

Esta soledad es la voz sin rumbo que clara inconsciente desde el silencio de mi consciencia.

El árbol entristecido por el relato le dijo:

- " La soledad no es el silencio, es el reencuentro consigo mismo". Sólo está solo quién quiere estar solo. Yo vivo aquí, el único árbol, solo. Animales vienen y van, y no sufro mi soledad. Las abejas polinizan mis flores, los gusanos se comen las hojas, y mis frutos atraen animales. Quizá la mayor equivocación acerca de la soledad es que cada cuál va por el mundo creyendo ser el único que la padece. Tú no estás solo, si estas hablando conmigo.

-Lobo: Yo no estoy solo, por eso me enamoré de la Luna, pero mi problema no es la soledad, sino el recuerdo. El problema no es tenerla o no tenerla, es una noria de sentimientos. El problema es verla, aullarla, sin tener respuesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario