¡¡¡Ale que llegó un domingo más!!!
Desde la noche anterior la cosa está prepará: la sombrilla, la nevera, el flotador, los bocadillos, las toallas, el bronceador y el cubo pa los chiquillos.
Como solo tengo letras, me tengo que conformar con el domingo "pelao" pa poderme broncear.
Dispongo de un solo día y lo aprovecho muy bien, me pongo como un cangrejo de la cabeza a los pies.
Cuando decido volver y me meto en caravana, la cena me la ahorraré porque llegaré mañana.
En el interior del coche, mi mujer, suegra y chiquillos, todos están agotaos: mi "pompi" con agujetas y el motor recalentao.
Pa acabarlo de arreglar la pariente te echa en cara que nunca puedas llevarla un mes a la Costa Brava.
A consecuencia de todo siempre te pones muy triste y recuerdas y maldices hasta el día en que naciste.
¡¡¡ Por fin consigo llegar!!!
La espalda me duele mucho pues la tengo achicharrá, si se le ocurriese a alguien solo darme una palmá, seguro que le respondo pegándole una patá.
Como el roce escuece mucho, las relaciones se quitan hasta llegar el invierno y entonces te lo desquitas.... y si has ahorrado un dinerillo lo gastas en la cunita.
No quiero ser dominguero, lo digo de corazón, pues no tengo más remedio y tengo que entrara por tó.
Le suplico a San Pancracio, también se lo pido a Dios, si no este año el que viene, me precien con el cupón; y si esto me pasa a mí, yo el domingo no salgo ni con la guardia civil
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