jueves, 23 de febrero de 2012

No se cuenta no se sabe

Autor: José Manuel Martín Valverde

La tierra era un lugar frío y porqué no decirlo, también oscuro, claro está que todo funcionaba como estaba estipulado, la vida seguía su ciclo, nacer, crecer, reproducirse y como parte final morir.

En el aire flotaba desde siempre unas pequeñas nubes cálidas, sin forma definida, sin cuerpo solo destellos de luz y calor vagando según los caprichos del viento, recorriendo el mundo sin limitaciones pero sin tocar tierra firme.

No se cuenta no se sabe, pero una de estas formas consiguió meterse en el cuerpo de un hombre y con su nuevo estado nació el sentimiento. Este ser elegido se lo ofreció al resto de nebulosas que siguieron su ejemplo y tomaron cuerpo de hombre y de mujer. Y el mundo se llenó de calor, se cubrió de todos los colores, los sonidos tomaron ritmos y de vano ruido se convirtieron en melodías y este planeta continuó con su inevitable ciclo… pero ya el ser humano no viviría solo.

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